lunes, 19 de enero de 2015

Amor: Definición de un chico cualquiera.

Después de unos 20 minutos delante de un folio en blanco, varios discos de música para ver si me venía a ver la inspiración y un cigarro entre todo eso, aquí estoy.

“Déjate llevar, si el alma te lleva, duele el corazón, cuando te lo dejas” (Fito y Fitipaldis)

Y a raíz de esa frase, aquí estoy, dejándome llevar, creo que está canción de Fito es la que más hondo me llega, personalmente, cada palabra de ella no podría estar mejor colocada.

Ya que esta canción es un tanto “ñoña” (para mi forma de verlo, claro) voy a hablaros de ñoñerías y a poner un poco de corazón (o intentarlo) en esta entrada, si, aunque no lo parezca, tengo corazón, ¿sorprendidos, eh?

El amor, ese gran desconocido (como la mujer) nah, fuera bromas, que bonito es el amor, que pronto se gasta y que doloroso perderlo por muy cerca que lo tengamos.

Para mí, una de las cosas principales de llegar a perderlo es el miedo que se puede llegar a tener a enamorarse, todos tenemos una parte de nosotros, por muy duros o reacios que seamos, todos, todos, todos, tenemos una parte que quiere enamorarse, poder sonreír con esa persona, saber que la tienes ahí para todo lo necesario y que nunca te va a fallar, pero, ¿si el amor da tantas cosas buenas, por qué tenemos miedo a enamorarnos?

Tal vez, el hecho de ser demasiado jóvenes en algunos casos, en otros simplemente porque aburre la monotonía, ¿vergüenza a conocer a los suegros?, o a no tener ganas de depender de alguien para ciertas cosas que te apetezca hacer, o que lleguen a prohibirte ver a tus amigos, estamos locos, a los amigos sí que no se les puede dejar escapar, pero ese es otro tema. Continuemos a lo nuestro.

También es lo típico eso de “ir de flor en flor” pero eso, amigos, termina mal en la mayoría de los casos, y lo peor de eso, es encariñarte con alguien de verdad y que esa persona te largue porque solo quería un polvo, hombre, si es eso lo que queréis no seré yo quien os prohíba hacerlo, claramente.

El amor es una ecuación sin resolver, que nunca nadie resolverá y cada persona lo puede llegar a entender a su manera, simplemente, para no fallar hay que dejarse conocer, abrir el pecho y disfrutar el tiempo que sea, un mes, seis, doce o el resto de tu vida, quien sabe lo que puede suceder con “mira a esta me la estoy tirando ahora mismo” pues esa chica a la que acabas de insinuar como objeto sexual puede ser la madre de tus hijos, o puede que te enconñes y te mande a tomar por culo, y eso no mola un pelo.

Muchas veces, el amor se pierde por creer que lo tenemos pero no le hacemos ni puto caso y luego llegan las hostias. El amor no es San Valentín, navidad, cumples y aniversario, el amor es, hoy es martes y me apetecía comprarte una rosa roja y dejártela en la puerta para que cuando salgas la veas y sonrías porque sí durante todo el día.

Y claro, si no le haces caso al amor, un día te ves que lo que más has querido en tu vida se va por la puerta de atrás y eso, te reconcomerá por dentro durante mucho tiempo, o con suerte hasta que tengas esa segunda oportunidad tan preciada para algunos.

Me di cuenta tarde, que te perdí, por pensar que te tenía. (Fito y Fitipaldis).

Pero no, el amor no tiene por qué ser tan “ñoño” como dijimos antes, ¿quién no quiere estar cerca de su media mitad, abrazarla, y mirar al escenario como Robe te deleita con “si te vas”? Solo de pensarlo se me ponen los pelos de punta, el rock enamora a mucha más gente que ese tal Cupido.

Conclusión de un chico cualquiera: Si quieres amor, búscalo, no esperes y cuando lo consigas, que el fuego (¿qué típico lo de la llama del amor eh? Jaja) no se apague nunca si te gusta lo que sientes y si no va bien, pues ya se sabe, prueba suerte la próxima vez.


Nos vemos, donde todo empieza.