Hola
chicos, chicas, altos, bajos, feos, feas, gordas y tablas de planchar. Y
pelirrojas.
Pues
estoy aquí de nuevo para contaros algo, algo que en realidad se me acaba de
venir a la cabeza y quiero intentar plasmaros a base de mis tonterías y
gilipolleces como siempre.
Todos
conocéis (y si no es así muy mal) la canción de Platero “Cigarrito” ¿verdad? Ya
sabía yo que si y lógicamente esa frase que dice:
“En lo que dura un cigarrito”.
Pues de
eso vengo hoy a comentaros pueden pasar tantas cosas en lo que dura un mísero
cigarro…
En lo
que dura un cigarro, sonríes o lloras o ambas. Eres capaz de aclarar lo que
tienes en mente o liarlo más aún. Sientes si amas o solo son “calores”. Bailas,
tropiezas, caes y te levantas, sin soltar el cigarro. La besas, le sonríes. No
la besas y la dejas. Apruebas o suspendes. Llegas pronto o entras tarde. Sales
del bar o antes de entrar. Te tranquilizas o te fumas cuatro seguidos. Lo
deseas o lo asqueas. Café y cigarro… Bueno, eso lo sabemos todos. El de después
de los “calores” o el de recién levantado.
A lo
que voy yo con esto, es a que en lo que dura un cigarro, pueden pasar miles de
cosas, en un momento mínimo de tiempo, sorpresas, llantos, alegrías, DECISIONES
MUY IMPORTANTES, cosas inimaginables, cosas que sabías que llegarían y no
llegaron.
Esperas
con ansia o llegas tarde por fumar, al instituto, para entrar en cualquier
sitio, para hacer tiempo porque la gente no llega, fumando deprisa porque tú no
llegas.
Lo que
viene a ser, que la vida dura, lo que dura un cigarrito. Aprovéchala al máximo,
no dejes escapar ni un mísero segundo, sonríe cuando puedas y llora cuando
debas, llega tarde cuando debas y no por pereza. Espera a esa persona especial
y no la dejes esperar.
Medita
fumando, mirando las estrellas y acertarás, ofrece, no seas rácano y te darán
más de lo que das. Vive la vida, que un cigarro se consume solo.
Aquí
dejo la canción que me inspiró para esta entrada:
Saludos.